sábado, 11 de julio de 2009

8ª etapa: Andorra-Saint-Girons 176.5 km

Analiza Chozas en Eurosport la etapa de ayer. Objetivamente lo que pasó para el espectador es que el Astaná puso el pelotón a tope, para conseguir lanzar a uno de los suyos. Eso desde fuera. Luego ha comentado que Contador y Armstrong apenas se hablan. Una forma elegante la de Eduardo de indicar que, si no hicieran declaraciones, estarían más guapos. Por cierto, ayer también dormimos en “casa”, parece que se va normalizando la cosa.

En Ax-les-Thermes la Iglesia de St. Vincent está junto al Casino, en la plaza del lugar. No deja de tener su lógica. Tal como va la carrera, estos llegan a tiempo de que pueda echar la siesta.

Media hora casi de adelanto sobre el mejor horario previsto por la organización. Astarloza, Efimkin, Casar y Sanchez. La estrategia: todos contra el Astaná. La táctica: desde el primer kilómetro. Hoy los de la banda han tenido que trabajar, y lo han hecho bien. Pero el resto lo ha hecho muy bien porque nos han emocionado. Ciclismo. A la espera de saber por qué ha abandonado Pereiro bravo por Luis León Sánchez (capaz de fingir durante tres kilómetros, después de llevar ciento setenta en las piernas). Nocentini sigue. Ahí les han cuadrado las cuentas a los de Bruyneel. Al pelotón le convendría que el de amarillo fuera de ellos, para así tener un único objetivo al que atacar.

En la Davis progresamos adecuadamente. Alonso, duodécimo en Nürburgring. Mañana, Saint Gaudens-Tarbes, el Col de Aspin y el Tourmalet y más de setenta kilómetros hasta meta. Veremos quién baja mejor. Antes, los bichos de Miura. La corrida, por la tarde.

(Nota: la historia dice muchas cosas, pero ayer Feillu corroboró la inanidad del dicho, Horrillo dixit).
atumbabierta
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Una etapa pata negra
Así es el ciclismo para los que saben de ciclismo: emoción, estrategia, piernas y la victoria de un español.
La bicefalia del Astaná nos hizo dudar, pero es un gran equipo y su trabajo favorece el espectáculo.
La emoción llega también con el refrescante paisaje, con el agotamiento y abandono de Pereiro y con la historia personal de Luis León.
Pero el clásico de esta tarde ha sido el sueño... por suerte desperté de la siesta unos kilómetros antes del final.
Cronoescalada
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Aunque en los Pirineos no hay ballenas, yo las he oído cantar gracias al arrojo de Cadel Evans. Mi primer trabajo en la KGB me llevó a los mares de Australia: una insulsa tarea de desinformación para favorecer la pesca de estos cetáceos malolientes por parte de nuestros barcos. Eran los años de la Guerra Fría y mi espíritu inquieto me pedía más acción, pero lo reconozco, se trataba de foguearme. Australia me deslumbró, una isla de soñadores ilusos y cabezotas. Ya lo dije ayer, Evans me parece valiente. Ha atacado en el primer puerto, pero su valentía se ha transformado en una trágica desgracia cuando sus compañeros de fuga exigían con aspavientos que los dejara en paz. Sin hacer caso, él se ha entregado hasta morir. Veo su foto en la web del Tour y me parece uno de esos muchachos de Gallípoli. El ejército de Australia fue el que más bajas aportó en porcentaje durante la Primera Guerra Mundial. Los soltaron en las playas turcas para que los mustafas hicieran prácticas de tiro. Y ellos tan contentos. Y Evans a lo suyo, tan feliz en el puesto 18 de la general, a más de 3 m. Y hoy nuestros balleneros siguen por allí. Y el porcentaje de bajas australianas fue del 16%, lo que supuso unos 50.000 muertos de un total de 300.000 aprox. Luis León, brillante ganador de la etapa, sí ha remontado bastante en la clasificación. A un destrozado Astarloza el periodista Amat Carceller le ha dicho “siempre hay que sacar conclusiones positivas”, (¿?) pues que Amat vigile su espalda, que no está el horno para bollos.
Zalachenko
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