sábado, 11 de julio de 2009

7ª etapa: Barcelona-Andorra Arcalís 224 km

Rallados como estaban con las rayas del asfalto, ayer empezaron a caer como moscas por las calles de Barcelona, la ciudad del triplete. Bueno. Pudo ser peor. El que peor lo pasó fue Freire, porque como dice Horrillo hoy, ser segundo no es sino “ser el primero de entre los perdedores”.


A la vista de lo visto, ha sido etapa de cálculos, falta épica en este Tour, todos tienen los papeles aprendidos y esperan, agazapados. ¿Dónde está Sastre, donde Menchov? Únicamente Armstrong, el siete veces campeón, dio señales en su día. Y hoy mismo, lanzando al pelotón para que Alberto pudiera saltar. ¿Quién es el líder en el Astaná? Me temo que va a faltar épica y sobrar cálculo durante estos días.


Contador saltó treinta segundos tarde, de otra manera hoy sería líder. Lo va a ser Nocentini (el Cance ya no sigue). Alberto ha sido segundo, sabemos ya lo que es ser segundo. Demasiadas reglas, demasiadas normas, demasiados cálculos, faltan caníbales.


Nunca son demasiadas las reglas: no levantarte del suelo, mirar a todos lados, mirar detrás tuyo, no levantarte del suelo aunque el miedo te restriegue la cara con su mierda. Imposible olvidar la expresión de la ayudante de la Cruz Roja tapándote con un apósito el cuello. No te levantes imbécil. La carrera continúa. Mañana, Andorra la Vella-Saint Girons. Bichos de Dolores Aguirre. La corrida, por la tarde.

atumbabierta

*****


Vigilancia extrema. Un pelotón conservador. Los más fuertes a la cabeza. Nueve hombres en escapada. Por fin usamos el plato pequeño. La emoción se presiente. Cancellara se hunde. Feillu conquista la meta. Nocentini maillot amJustificar a ambos ladosarillo. Contador, aburrido, nos levanta a todos del sillín.
Cronoescalada
*****

Mi fontanero me recuerda a mi hijo. Pone cara de no entender cuando le hablo y parece tan fuerte como lo era Ronald. La diferencia estriba en que mi Ronald padecía analgesia congénita, indiferencia ante el dolor, y Luis, mi fontanero, sabe bien lo que es sufrir: ha sido campeón de ciclismo de resistencia en alta montaña. Hoy por fin el Tour llegaba a la alta montaña, y como la prensa se ha encargado de calentar el ambiente para vender más, había muchísima expectación. Pero la primera secuencia que he visto de esta etapa me ha hecho dudar: en la bajada de Serra Seca el señor Cancellara le cambiaba el agua al canario, buen detalle con el secarral, pero hay que elegir entre ecología o glamour, hombre. Luego he visto al afilador de cuchillos en las primeras rampas de Arcalís, pero pasaban los kilómetros y nadie envidaba. Me han parecido fuertes Armstrong, Sastre, Schleck, Kloden, Evans y Contador. Me han parecido valientes Evans y Contador. Me ha parecido un hombre con personalidad Contador. “El puerto se ha subido bastante tranquilo”, ha dicho Alberto tras dejar sentados a todos los favoritos. No obstante, un toscano que iba fugado es el líder: es lo que tiene beber agua del Arno (Dante). Y al final la bomba se ha convertido en petardo anticlímax, pues los ataques han sido muy postreros. Y en este monte y líquida laguna, para decir verdad como hombre honrado, jamás me sucedió cosa ninguna. Sólo unos segundos de diferencia, seis hasta el maillot amarillo, dos sobre el americano… Mi fontanero no me ha preguntado por el corte que atraviesa mi cara, me ha preguntado por qué leo poesía. Antes de marcharse me comenta que vivimos tiempos difíciles. Pero Alberto Contador responde “mientras que las piernas funcionan, no hay mayor problema”…, joder, que se lo digan al gigante rubio, a mi pobre hijo Ronald Niedermann.
Zalachenko
*****

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sprinta ahora