Rallados como estaban con las rayas del asfalto, ayer empezaron a caer como moscas por las calles de Barcelona, la ciudad del triplete. Bueno. Pudo ser peor. El que peor lo pasó fue Freire, porque como dice Horrillo hoy, ser segundo no es sino “ser el primero de entre los perdedores”.
A la vista de lo visto, ha sido etapa de cálculos, falta épica en este Tour, todos tienen los papeles aprendidos y esperan, agazapados. ¿Dónde está Sastre, donde Menchov? Únicamente Armstrong, el siete veces campeón, dio señales en su día. Y hoy mismo, lanzando al pelotón para que Alberto pudiera saltar. ¿Quién es el líder en el Astaná? Me temo que va a faltar épica y sobrar cálculo durante estos días.
Contador saltó treinta segundos tarde, de otra manera hoy sería líder. Lo va a ser Nocentini (el Cance ya no sigue). Alberto ha sido segundo, sabemos ya lo que es ser segundo. Demasiadas reglas, demasiadas normas, demasiados cálculos, faltan caníbales.
Nunca son demasiadas las reglas: no levantarte del suelo, mirar a todos lados, mirar detrás tuyo, no levantarte del suelo aunque el miedo te restriegue la cara con su mierda. Imposible olvidar la expresión de la ayudante de la Cruz Roja tapándote con un apósito el cuello. No te levantes imbécil. La carrera continúa. Mañana, Andorra la Vella-Saint Girons. Bichos de Dolores Aguirre. La corrida, por la tarde.
atumbabierta
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